Sabes que la fotografía ha sido el punto más alabado de la película. ¿Cómo te sientes al respecto?
Me siento muy satisfecha de que un aspecto que suele pasar inadvertido para el público que no está familiarizado con el cine haya sido tan halagado. Mi máxima ha sido siempre el trabajo duro y constante. Nunca intenté hacer mucho ruido con él. Simplemente me lo planteé como algo que hay que dejar bien acabado y es así como procuro plantearme todo. Además si tiene más repercusión, como por el momento parece, mucho mejor.
¿Esperabas este resultado final cuando empezaste con la planificación?
(Risas). Creo que ni yo ni nadie podíamos esperar este resultado. He tenido la oportunidad de participar en todas las fases de producción de la película y lo cierto es que en el planteamiento, tienes una idea; durante el rodaje se modifica y, finalmente, acaba siendo absolutamente distinta. Por fortuna, el conjunto ha ido ganando madurez y calidad con el tiempo y, durante todo el proceso, la película ha crecido en solidez y en riqueza narrativa.
Entonces, ¿se podría decir que te has sentido segura en todo momento de cada paso que has dado?
Cuando estuve trabajando en el guión técnico junto con el director del proyecto me sentí muy segura, a pesar de que al principio la comunicación no fue todo fluida que se podía esperar. Sin embargo, a la hora del rodaje todo cambió mucho. Me vi dentro de un equipo de 10 personas: 9 chicos y yo. Además era la máxima responsable de todo lo que tenía que ver con la imagen y en parte con la narración que había planeada. Seguridad no es la palabra... No sé, sentía que si no estaba al 100% en cada momento o tenía el menor descuido, podía pasarme factura y eso me hizo acumular mucha tensión. Y fue la tensión la que me mantuvo a raya con todo y con todos porque de otra manera no podía llevar tanta responsabilidad. Así que el rodaje fue duro para mí, porque no solo llevaba la dirección técnica sino que además era una chica que llevaba la dirección técnica. En cualquier caso, la experiencia ha sido muy buena y la relación con todos acabó siendo excelente.
Todo el mundo destaca el ambiente opresivo y áspero de la película. La fotografía ha sido determinante, pero ¿cómo y en qué situaciones crees que ha tenido más influencia?
Desde el inicio de la planificación Marco Lledó-Escartín hizo mucho hincapié en que había que seguir una línea muy áspera para ambientar bien la historia. Comenzamos a mirar ejemplos de cine español rural como Los Santos Inocentes o El espíritu de la colmena. Al estudiar estas películas, extrajimos la conclusión de que la España rural es dura y terrosa. Teníamos un comienzo, una inspiración. Yo sabía, por otra parte, que teniendo tan poca experiencia no podíamos arriesgarnos con una planificación complicada; así que aposté siempre por el clasicismo. Si a eso le sumamos que la labor de dirección artística del propio director es excelente y que el trabajo de etalonaje ha sido muy acertado, tenemos como resultado un ambiente verdaderamente lóbrego y encima la narración nos transmite al cine clásico.
A la hora de generar un ambiente o de componer una escena, ¿en qué te inspiras o que referente utilizas?
Como fotógrafa no puedo negar que vengo de una formación artística donde estudié dibujo y pintura entre otras cosas. De ahí y de referentes como Cartier-Bresson en fotografía y los pintores clasicistas franceses que siempre apueste por una geometría y composición muy compensadas. Además considero que a esta película le venía especialmente bien este aspecto de mi trabajo pues al fin y al cabo, la época que narramos es 1814, periodo neoclásico español y además este tipo de encuadres ayudan mucho a que cada plano gane en dureza. Huimos habitualmente de los primeros planos y de la profundidad de campo y aposté por planos muy abiertos y descriptivos. La desnudez es a la imagen lo que el silencio a la música.
¿Crees que la dirección de fotografía es un cargo técnico o que, por el contrario, se basa en gran medida en la intuición?
Ambas cosas, sin duda alguna. La verdad es que cuando llegamos al rodaje ninguno de los que estábamos allí podía decir que fuera "técnico" de nada, pero mi cargo me obligaba a comportarme como tal. Por otro lado, la experiencia que tengo es corta, pero siempre ha estado entre una cosa y la otra. Así que cargué con la dirección técnica sin realmente serlo absolutamente. Pero tampoco un técnico, por mucho que sepa, puede hacer grandes cosas si no tiene el punto de intuición que hace falta para conmover.
¿Y tú cómo te definirías en tu trabajo, más intuitiva o más técnica?
Como decía, mi aprendizaje y mi experiencia siempre ha estado a caballo entre ambos lados. Sinceramente creo que soy más intuitiva. La técnica la he ganado trabajando y por fortuna llegué a esta película con una base que me permitía nadar en los dos sentidos. Sin alardes técnicos, porque tampoco el planteamiento lo requería, pero con algo de seguridad y experiencia.
¿Qué proyectos tienes entre manos tras Los Ajos Quemados? ¿Alguno de ellos te plantea a priori una dificultad especial? ¿Por qué?
En los próximos meses seguiremos trabajando en el proyecto Balkanize, junto a muchos de los integrantes del rodaje de Los Ajos Quemados. Tenemos una serie de proyectos entre los que figuran propuestas de cortometraje, documentales y por supuesto la finalización de Los Ajos... Por ello se avecinan unos meses de planificaciones y de "trabajo de despacho". Por otra parte, tengo muchas ganas de seguir con mis fotografías, viajando y fotografiando y aprendiendo todo lo que pueda, pues es lo que realmente me llena. He pasado unos meses de bastante trabajo relacionado con la imagen corporativa que me ha ayudado muchísimo a ganar experiencia laboral, aparte de los proyectos con Balkanize, y ahora me gustaría centrarme por unos pocos meses en la creación de un proyecto fotográfico.
Por otro lado, una de las dificultades que contemplo es superarme a cada trabajo porque la verdad es que siempre vamos a pedir más y a arriesgar más en cada momento, lo cual conlleva otras dificultades. Por ejemplo, en el futuro la exigencia será mayor y el tiempo de realización no podrá ser en ningún caso tan amplio como con la película.
¿Qué esperas de esos futuros proyectos?
Pues espero ganar en experiencia y en conocimientos y que esos proyectos me lleven a otros nuevos y a otros y a otros...
Si tuvieses que definir tu experiencia en la creación de la película (preproducción, producción y postproducción) en una frase…
Estoy muy feliz porque ha sido una oportunidad que me ha otorgado una base importante para empezar a hacer cosas y a hacerlas sabiendo siempre medir las fuerzas. No deprimirse en los malos momentos ni dejar que te consuma la euforia en los buenos. Además del conocimiento técnico y de las amistades ganadas durante todo este tiempo.